Domingo, 10 de diciembre de 2006
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OPINIÓN

CARMEN MARTINEZ AGUAYO | VICECONSEJERA DE ECONOMÍA Y HACIENDA
«La igualdad es buena para la economía»
Ha emprendido una tarea colosal, evaluar el gasto público y las grandes cifras según afectan a en hombres y mujeres. El resultado es el 'Informe de evaluación de impacto de género del Presupuesto de la Comunidad Autónoma de Andalucía', algo así como un «Mapa de la Desigualdad», contundente, incontestable. Aunque reitera que se trata de datos, cifras, y no de opiniones, las conclusiones son obvias.
«La igualdad es buena  para la economía»
«Un país es democrático cuando dos generaciones nacen y mueren en él». / P. ORTEGA
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- El techo de cristal ¿se puede cuantificar?

- Sí, en la medida en que se pueden ver, y el informe lo pone de manifiesto, las diferencias que hay por ejemplo, en la incorporación de la mujer a los órganos directivos de los diferentes organismos. En el sector público existe una igualdad de hombres y mujeres en los altos cargos de la Administración, pero no es así en el sector privado. Por ejemplo, sólo hay una directiva entre las empresas que cotizan en el Ibex 35; en los tribunales superiores de justicia se da un porcentaje de mujeres muy bajo aunque haya más jueces féminas; hay más licenciadas en las universidades pero sólo una rectora y las mujeres apenas tienen presencia en los escalones superiores de las facultades, o sólo son el 18% de los altos cargos de medios de comunicación. El techo de cristal está ahí.

- ¿Cómo se realiza y en qué consiste este informe?

- Se trata de ser consciente que todo el presupuesto va dictado a personas. El presupuesto no es una herramienta financiera, es el marco donde se establecen los objetivos de política económica, de redistribución de renta y los objetivos políticos. Si estamos convencidos, como lo estamos, de que la igualdad es mejor para la economía, todo el presupuesto ha de estar al servicio de ese objetivo. ¿Cómo se hace? Revisando partida a partida, programa a programa y viendo que va dirigido a personas, es decir, hombres y mujeres. Luego, dando un salto cualitativo en la información para reflexionar sobre si el objetivo marcado se está consiguiendo o no.

- ¿Por ejemplo?

- Políticas de fomento de empleo. Estamos diciendo que es importante actuar en la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, porque todos sabemos la tasa de paro de la mujer es el doble que la del varón. Si no miras las cifras con esta perspectiva puedes ver que hay muchísimo dinero dedicado a fomento de empleo, luego parece que se está consiguiendo el objetivo. Pero si estudias a quién va dirigido ese dinero aparece que son mayoritariamente hombres y no mujeres. Tienes buena intención pero con malos resultados. En el informe del 2007 esta situación se ha cambiado radicalmente. ¿Por qué? Porque dar luz sobre esa cuestión permite orientar mejor y reflexionar sobre si estás consiguiendo aquello que quieres con el presupuesto.

- ¿Cuáles son las principales conclusiones o las grandes magnitudes donde se aprecia las diferencias de género?

- El informe tiene tres partes. La primera, que llamamos «la igualdad en la realidad» está plagada de información sobre la representación de la mujer en los órganos de poder, en el poder público y en el privado, entendiendo como tal las cámaras de comercio, las grandes empresas, las universidades, la mujer en el mundo del empleo, las tasas de actividad, las tasas de paro y empleo de la mujer comparadas con otras comunidades autónomas, con España y con la Unión Europea.

- ¿Y qué se ve?, ¿se puede decir que traza un «mapa de la desigualdad»?

- Se ve perfectamente cómo la mujer tiene una diferencia importante con respecto al varón. Tiene menos tasa de actividad, aunque progresa. La mujer fundamentalmente es población inactiva, sobre todo amas de casa, porque en el caso de los hombres los inactivos son los pensionistas, se ve cómo retributivamente la mujer gana menos, una media de casi 3.000 euros al año menos, algunos creo que dicen que hasta 5.000 euros menos al año por el mismo trabajo; se ve que además la mujer se incorpora en puestos de peor calidad que el varón, o sea se incorpora menos, en puestos de peor calidad, y cuando se incorpora, aún teniendo mejores acreditaciones formativas no se mueve en el desarrollo hacia lo que sería puestos de mayor responsabilidad de acuerdo con el nivel de formación que corresponde. Eso se ve claramente. La formación de la mujer es mayor que la del varón, en igualdad de condiciones. Este informe pone de manifiesto es que hay que hacer algo en relación con lo masculino

- ¿Cómo?

- Porque si no es normal que la mujer no se incorpore al mercado de trabajo con sus plenas potencialidades, tampoco lo es que en el hombre estemos perdiendo. Los varones están con menos tasa de idoneidad, acaban menos sus estudios, tienen mayor nivel de fracaso escolar, acceden en menor cantidad a la universidad y salen menos licenciados. Luego hay también un problema muy importante, porque es capital humano, es la principal riqueza de un país y eso son hombres y mujeres. Hacemos siempre énfasis en la igualdad de género en la mujer porque es la desigualdad más manifiesta, pero aparecen estos otros elementos importantes.

- ¿Cuál es entonces la situación-tipo de la mujer trabajadora andaluza, según los datos?

- Igualdad en la educación, incluso mejor formación; mucha desigualdad en el empleo y se ve también perfectamente en el informe cómo llega al empleo y no asciende, no se sitúa razonablemente en aquel puesto que puede desarrollar. Sobre todo ello hay miles de números en el informe, pero lo importante es que desde el año 2006 estos números están medidos y se pueden ir midiendo año a año.

- La segunda parte del informe revisa a fondo los presupuestos ¿qué aporta ese análisis?

- El presupuesto tiene 18 políticas y 14 de ellas tienen indicadores, todas salvo las referidas deuda pública, participación de las corporaciones locales, etc. Se han revisado 89 de los 133 programas, el 67% del presupuesto. Hemos visto, programa a programa cómo afectan los indicadores a hombres y a mujeres y se han planteado objetivos desagregados por sexos. Todos estos: fomento del empleo, política de emprendedores, becas a los colegios, formación, deportes Que no hablamos nunca de deportes y se está viendo cómo si las niñas y los niños están igual en los colegios, luego en los premios, en las convocatorias que hacemos de becas la mujer caiga como de arriba abajo. Seguimos pensando que el mundo del deporte es fundamentalmente masculino. La desigualdad se ve en cualquier palo que toques. Hasta ahora hemos tenido un gran impulso de práctica de la justicia, hemos opinado sobre si nos parece justo o no. Pero con este trabajo estamos pasando de opiniones a datos, y tenemos que movernos en relación con lo que la realidad nos está mostrando y dejarnos de opiniones.

- Se ha visto cómo las políticas sanitarias se hacen con prejuicios de género, en función de las patologías masculinas y no de las femeninas. ¿Hay algunos indicadores en este sentido?

- Por ejemplo, en el tema cardiovascular, lo he leído muchísimas veces porque ha habido muchas protestas sobre eso, lo que se dice es que cuando haya estudios sobre incidencia y hábitos, no se haga una muestra de la población sin más, que se mire a hombres y mujeres, para ver las particularidades de cada sexo. No estamos acostumbrados a eso. ¿Por qué? Pues porque muchas veces los que plantean los programas de investigación son mayoritariamente hombres, y lo ven desde su óptica. En el Consejo Superior de Investigaciones Científicas la presencia de la mujer es testimonial.

- Otro asunto es la feminización de la pobreza ¿aparece en el informe?

- No se cuantifica la pobreza, pero se da información que la explica: las mujeres están accediendo con más dificultad al empleo, al empleo de peor categoría y peor pagadas. Además, el modelo de familia ha cambiado, hay muchas monoparentales, en su mayoría de mujeres que vienen de una separación, si encima no están trabajando, todos esos datos indican que la mujer está dentro de una renta muy inferior a la media de un varón. Y con muchos menos protección social porque los derechos que ellas tienen no son propios, son derivados. Las pensiones no contributivas, las de aquellas personas que están en situación de mucho desamparo, mayoritariamente son mujeres. Entonces claro que la cara de la pobreza tiene cara femenina. Esa es la realidad.

- ¿Cree que las grandes empresas van a implantar la paridad en los consejos de administración?

- Yo espero que sí, y sé que es difícil porque el sector público progresa muchísimo y el sector privado muy poco. Yo creo que poco a poco los medios de comunicación, que cada vez le prestáis más atención y veis con más claridad este tema hacéis una labor de preguntar, exigir y poner en cuestión cuando las decisiones no son coherentes, entre toda esa masa de opiniones haremos que las cosas vayan cambiando.

- Es cierto que las mujeres sacan mejores notas y están mejor preparadas y también que ocupan menos puestos de responsabilidad ¿A qué lo atribuye?

- A muchas cosas: cuando un empresario contrata a una mujer casada lo primero que piensa es: «no sé si hacerlo o no, porque va a tener hijos, me va a costar dinero», aunque no sea así. Pero cuando contrata a un hombre casado dice: «es un hombre estable». Si estar casado es un valor en un caso ¿no lo es en otro? Además, la mujer trabajadora que ha de atender su casa vive la igualdad como una doble jornada, con lo cual a veces también se lo plantea. Por otro lado, tal como están los incentivos fiscales y los servicios sociales, a veces la que quiere trabajar termina por rendirse, porque piensa que no le compensa.

- ¿Entonces, qué?

- Necesitamos servicios públicos mejor estructurados, más guarderías con más larga duración la Ley de Dependencia va a ser nuclear, porque su apoyo a la familia va a ser sobre todo a la mujer. Hemos de tener cada vez una mayor claridad, todos, de que la igualdad es buena para la economía. A partir de esta idea, la existencia de estos servicios públicos generarán negocios, empleos, impuestos y vamos moviendo piezas, entre ellas también la fiscalidad, para incentivar que la mujer trabaje, que, como en el caso de los hombres, sea inconcebible tener una carrera o estudiar y no trabajar.

- ¿Qué incentivos en materia fiscal se contemplan o son posibles?

- Cuando se tributa conjuntamente, la renta del segundo perceptor, habitualmente la mujer, tributa del tipo marginal más alto, de tal manera que el que percibe tiene la idea de que una gran parte de su sueldo se va para impuestos. Si además tiene que pagar ayuda en casa, si tiene hijos o personas mayores a su cargo, termina viendo es que su sueldo mengua, que no le compensa irse a trabajar, con el agobio añadido de la doble jornada. Pero la mujer tiene que darse cuenta de que pierde capacidad para tener su paro, su pensión y si se produce una separación o un divorcio, no tiene ningún elemento propio sobre el que moverse. Hay que pensar muy bien cómo se sitúan los incentivos en la economía para que el mensaje que transmitan no sea el contrario de lo que se desea obtener. Si tú quieres lograr pleno empleo, más productividad, que las mujeres se sitúen donde tiene que situarse, que eso sea más impuestos, más servicios, y que todo eso vaya haciendo el cambio en el que se vaya equilibrando más la vida familiar, la personal

- ¿Y las bajas maternales?

- Hemos luchado mucho por que las mujeres tuvieran cada vez más tiempo de descanso maternal, sin embargo yo creo que es muy importante hacerlo ahora por el derecho de paternidad y que el disfrute de la baja sea igual para hombres que para mujeres, porque eso hará al empresario neutro, ¿a quién contrata con respecto al coste? Todo esto no se puede conseguir ni en uno ni en dos, sinceramente ni en 10 ni en 15 años, los países que lo tienen claro han tardado más de 30 y 40 años, pero estamos dando ahora mismo en Andalucía y en España, pasos correctos en ese sentido.

- ¿Habrá alguna vez sueldo para el ama de casa?

- No soy muy optimista. aunque es importante cuantificar lo que aportan. Concretamente el Instituto de Estadística de Andalucía está haciendo un estudio sobre la incidencia que tienen en la economía.

- El pensamiento patriarcal ¿se removerá a base de números?

- Yo sé que es difícil, porque a las mujeres nos parece que las cosas siempre son muy lentas porque es un tema tan justo y tan obvio tan evidente, pero cuando uno echa la vista atrás se ve la evolución y a partir de ahora, tras el compromiso de la cumbre de Lisboa, será más rápido. En cualquier caso, los cambios de mentalidad cuestan tiempo, generaciones. Una persona a la que aprecio mucho me decía que un país es plenamente democrático cuando al menos dos generaciones han vivido y han muerto en democracia y este país todavía no ha pasado ninguna generación. Cambiar elementos culturales tan arraigados no se hace de la noche a la mañana, pero yo estoy segura que mis hijas y las hijas de mis hijas verán otro mundo muy distinto en este campo.

- ¿Y cree que ellas están tan comprometidas o cree que hay una cierta regresión en la conciencia feminista, en la lucha por la igualdad?

- Yo creo que no. Ahí estamos todas las mujeres. Yo lo que veo es que cada vez los hombres son más conscientes de ello, a mi me congratula ver cómo participan mucho más, cómo son conscientes de que esa es una pérdida para ellos importante y están también codo con codo luchando con nosotras, porque yo creo que esto no es una lucha de mujeres, es una lucha de la sociedad, de los hombres y mujeres de esta sociedad, por hacer una sociedad, una Andalucía, más justa y mejor.

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